martes, 2 de diciembre de 2008

La cama chismosa y la novia encabronada


Casi es media noche y apenas estoy saliendo del trabajo, como siempre el último en salir y el último en llegar a casa, pero eso a mí no me preocupa, no tengo a nadie quien me espere después de trabajar, todo lo mío se apellida rutina. Una rutina monótona que se ha pegado con los años como un chicle pegado al zapato, muy difícil de quitar.

Mi carro está estacionado a unas cuadras de la entrada de la oficina, voy caminando a paso lento con la corbata desajustada y el saco en la mano, mi mano derecha entra en el bolsillo derecho del pantalón para sacar las llaves y abrir mi coche, y conducir hasta mi casa.

Al dirigirme a ella, veo abierto una vinatería y decido bajar a comprar una botella de mis preferidas, maquina 205, una bebida muy cara que todos deben de saber el precio, si no ya les dije que cuesta veinticinco pesos, pero esta no es la cuestión, el asunto es que si pensaron que este cuento iba ser muy dramático, pues no se equivocaron.

El cuento empieza así, una noche para no ponerle adjetivos, la vamos a llamar noche equis. Una noche equis, que les gusta una noche de verano, una noche de primavera, una noche, mmmm déjenme pensar, mejor la vamos a llamar una noche de juerga. La noche peculiar que decides con tus amigos, dos semanas con anticipación para planear tu agenda, pero no la laboral sino el de la novia, porque es obvio que ese día no vas a llevar pegada a la novia, ese día tienes que ir de soltero.

Ya entrada la noche con tus amigos deciden ir a una aventura a un table dance, donde todos deciden pedir equis cantidad de botellas para todos y unas chavas para pasártela bien, al fin del acaso solo es una noche donde te gastas tu dinero a lo buey, aunque al otro día no te acuerdes en que te lo gastaste y como buen amigo se te olvidó todo, en pocas palabras se te borró el casete.

A unos de tus amigos no se conformó con tan solo ver el show el quiso más y decidió pagar la noche entera y llevarse a una de las chavas a la cama. Todos, menos tu amigo la siguieron en equis casa hasta al amanecer, quedando todos imbéciles fundidos en alcohol y fue hasta al otro día de los recuentos de la noche anterior, pero la primera pregunta que haces donde está tu amigo, nadie se acuerda que tu amigo la siguió con la chava que se sacó del table.

De repente por ahí de las 12 del día tú amigo se aparece en la casa equis, con una cara de felicidad y te empieza a contar la súper aventura con la chava, hasta todas la posiciones que hizo al momento de tener sexo, y tú le crees y en ese momento es tu máximo, lo alabas como si fuera un dios de la pasión, pero lo que tú no sabes que todo fue una farsa, las únicas que saben la verdad es la chava y la cama. Para la chava mucho mejor solo cobró sin dar el servicio.

Pero en un tiempo no muy lejano tú te vas a enterar de la verdad, y ¿cómo?, pues de la siguiente manera.

Un día, por casualidad, porque en esta vida muchas de las cosas que te pasan tiene que atravesar por el canal de las casualidades, como al famoso canal de panamá pero por este canal pasan barcos, media loca la comparación pero es para que te des más o menos la idea.

Bueno siguiendo con el relato, un día por casualidad, decides ir con tu chava a un motel para una noche de pasión, pero el motel no es cualquier motel, es el motel donde entro tu amigo el Dios de la pasión, y el cuarto que te asigna, ¿qué crees?, es el mismo que utilizó tu amigo, cuantas casualidades en poco tiempo o no. Al momento que llegas al cuarto te topas con un letrero que dice, ¡cuidado! La cama te vigila, y si no me crees asume las consecuencias.

Obviamente no creíste en el letrero, entraste riéndote con tu novia al cuarto, y a lo que ibas. Pero antes que se tiraran a la cama los dos apasionadamente, con un tono de voz muy parecida a la de tu mamá cuando te cacha que has llegado hasta tras a tu casa, les dijo, porque no creyeron que yo vigilo este cuarto, los escuche desde que pusieron un pie afuera de la puerta, y los escuche que se rieron, supuse que eras el amigo del dizque Dios de la pasión, y tú que le contesta con la cocola asustada, obviamente después de la sorpresa que te dio la cama ya no se te iba a parar. ¿Cual Dios de la pasión?, y tu chava te pregunta de qué diablos estaba hablando la cama, que irónico aquí el hombre eres tú y salió más fuerte tu chava, y la cama no dejo que contestaras, mira mamacita por casualidad aquí tu noviecito no te contó de la noche de juerga que tuvieron con sus amigachos, la chava contesto, no me dijo nada, yo solo sé que se iban a ver en la casa de Julio para jugar cartas, huy pues que inocente me saliste mamacita, a ver tu pelado a ver si no me sales igual de choto que tu amigo que pagó de vicio por la chava que sacó del table y ni se le paró a la mera hora.

Tú todo asustado solo te arrinconaste en una esquinita como niño regañado, entonces te das cuenta que todo fue una farsa del dizque tu Dios de la pasión, pero a tu chava ya no le importó de lo que estaba hablando sino quería bajarse esa calentura que la estaba hirviendo por dentro, de repente tu chava tan encabronada que estaba porque la pinche cama de chismosa y metida no dejaba que tú te la cogieras, que saca una navaja y que se monta encima de la cama y que le parte su madre por andar de dizque vigiladora, mejor dicho de chismosa, pero tan enojada que estaba tu chava que hasta a ti te dio unos buenos guamazos por zacatón.

Y desde entonces cambiaron el lema de la entrada del cuarto, ahora decía, la cama ya no te vigila, ahora se preocupa de su vida.

Fabián Pérez Sambrano

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