…Ya de esto hace casi tres meses
– Transportes Regionales del Norte, diga usted…
– Necesito un flete fuera de la ciudad.
– ¿A dónde se va a llevar?
– A San Luis Potosí; avenida Cuauhtémoc 210.
– ¿Qué es lo que va a llevar?
– Un hoyo más o menos grande; como de dos por tres por dos cincuenta metros de altura.
– ¿Cuánto pesa más o menos?
– Muy poco, casi nada, es nomás un hoyo.
– De todos modos le mandaré un camión grande… Es por el volumen.
– ¿Cuánto me va a costar?
– Le cobraremos veinte mil pesos.
– De acuerdo. ¿Pueden recogerlo mañana a las ocho de la mañana?
– Sí, allá estaremos.
El camión llegó puntual. El chofer y los macheteros cargaron el hoyo con cuidado y sin mayor dificultad.
— ¿No lo amarran? —pregunté.—
No, no es necesario; cabe casi exacto en la caja.
— ¿Pero no se resbalará en la subida?
— No, va detenido con la redila de atrás.
El viaje empezó bien. Yo le temía a la calle empinada de a la vuelta y fui hasta la esquina. Sucedió lo que sospechaba: al ir subiendo por la calle empedrada, el camión se zangoloteó mucho y en una de esas, el hoyo rompió la redila y se salió por la parte de atrás. No fue eso todo lo malo, sino que para volver a cargarlo, el camión se echó en reversa, y como el piso estaba mojado, patinó y se cayó en el hoyo.
Y ahí empezó de verdad el problema, porque debiendo de ser yo el que reclamara, la compañía me echó la culpa: que porque la carga era peligrosa: y fuimos a dar a la delegación donde se armó un lío.
Total, que el juez nos puso a cada quien una multa: a ellos por causar tanto trastorno en la vía pública y a mí porque el hoyo quedó ahí a media calle. Y ahora, como no hay presupuesto para nada, pues ahí está el camión tirado dentro del hoyo...
...Ya de esto hace casi tres meses.
RUTA 100
No hay comentarios:
Publicar un comentario